dimecres, 15 de gener del 2020

El perfeccionista en la cocina

"Y de la cocina cabía decir lo mismo que del sexo, la religión y la política; cuando empecé a averiguar cosas por mi cuenta, era demasiado tarde para preguntar a mis padres." (pàg. 10)

"¿Por qué una palabra en una receta tendría que ser menos importante que en una novela? Una puede producir una indigestión física, la otra una mental." (pàg. 15)

"'A los artistas habría que cortarles al lengua', dijo Matisse en una ocasión, y lo mismo --aunque más metafóricamente-- es aplicable a muchos chefs." (pàg. 19)

"El perfeccionista en la cocina no se ocupa de si cocinar es una ciencia o un arte; se conforma con que sea una artesanía, como la carpintería o la soldadura casera. Tampoco es un cocinero competitivo. Le sorprendió descubrir que la jardineía, no obstante su aire de serenidad anterior al pecado original, es ferozmente competitia y con frecuencia una actividad practicada por los envidiosos, los embusteros y los delincuentes sigilosos. Sin duda hay cocineros competitivos, pero el perfeccionista no pertenece a ese grupo. Se contenta con cocinar alimentos sabrosos y nutritivos; sólo pretende no envenenar a sus amigos; sólo desea ampliar poco a poco su repertorio." (pàg. 24)

"En cualquier caso, ¿qué quieren los que escriben libros de cocina? ¿Obediencia muda? ¿Qué clase de relación supondría eso? A fin de cuentas, no eres un recluta castigado a pelar patatas, y no pueden acusarte de insolencia, de estupidez o de alguna otra cosa. Recuerda quién ha comprado el libro. La única manera de granjearse el respeto de los autores es rebelarse. Adelante: es bueno para ti. Seguramente también es bueno para ellos." (pàg. 50-51)

"El triunfo nada bonito de los supermercados se debe a muchos factores, pero no es en absoluto nimio el de eliminar una relación social potencialmente engorrosa. Si un observa a los que atienden en la sección de carnicería de los supermercados, puede ser que vayan vestidos como carniceros, pero les falta el carácter; se comportan con la cortesía nada amenazadora de los empleados adiestrados para hacer olvidar el hecho de que la carne procede de animales muertos." (pàg. 76)

"De todos los libros creados desde tiempos remotos por el talento y la industria humanos, sólo los que tratan de la cocina escapan, desde un punto de vista moral, a toda sospecha. Podemos debatir, y hasta desconfiar, de la intención de todos los demás pasajes en prosa, pero el propósito de un libro de cocina es único e inconfundible. Es incocebible  que su objetivo sea otro que acrecentar la dicha de la humanidad." (pàg. 126-127)
Això és del pròleg que J. Conrad va escriure al llibre de receptes de la seva dona.



Julian Barnes (2006). El perfeccionista en la cocina (trad. Jaime Zulaika). Barcelona: Anagrama.

Jo n'esperava més. Sembla un recull de columnes escrites en un diari. Fan gràcia, però no "Cuando te hayas levantado del suelo, después de desternillarte de risa, te ahorrarás una fortuna en libros y artilugios de cocina" (Daily express). Això és el final de la contraportada.

La traducció no ajuda gaire, algun els fragments que he copiat en són una mostra, i, a més, moltes de les referències són tan britàniques que no sé si es pot demanar que les tinguem els lectors de fora (i, per tant, que en riguem amb l'autor). Per què han traduït "El perfeccionista en la cocina" si l'original és "The pedant in the kitchen"? Potser "pedante" faria més gràcia...

Les il·lustracions (Joe Berger) estan molt bé.


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